
Vivimos en una época sin metáforas, donde cada día es más difícil pensar en “un mundo otro” que no sea una reproducción de la cotidianidad. Algunos ven mi puesta de La señora Macbeth en La Pampa como a una película de terror. Geográficamente, La Pampa es un pozo, una provincia con mucha vigilancia social, y es probable entonces que la obra funcione como exorcismo, como una posibilidad de abrirse a un “escenario otro”, que es, precisamente, lo que estoy buscando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario